Actualmente los purines (de cerdo en especial) están de actualidad y presentes en los medios de comunicación por la contaminación que su mala gestión puede causar y ha causado en el pasado con la contaminación de acuíferos por excesivas percolaciones y dosis inadecuadas de aplicación.

La gestión descontrolada y las malas prácticas de algunos desalmados han hecho que todo un sector que trabaja y realiza las aplicaciones según la legislación vigente este criminalizado siendo señalados como causantes de la contaminación.

Esta situación hace que por una parte, las diversas administraciones estén legislando buscando cada vez aumentar más el control de las aplicaciones y la dosis que se vierten sobre el terreno. Y por otro lado el propio sector busca realizar cada vez mejor las cosas y aplicar dosis que no solo no superen los máximos permitidos sino que aporten las necesidades reales de los cultivos, valorizando los purines, no dándoles un tratamiento como residuos sino como un subproducto que puede tener su valor económico como fertilizante agrícola, compitiendo en precio con los fertilizantes minerales (también causantes de la contaminación de los acuíferos, pero esa es otra historia).

En primer lugar hay que aclarar que los purines no son otra cosa que las heces y los orines de los cerdos (o el animal que sea) y por tanto no se trata de una sustancia tóxica procedente de la química sino que es un producto muy parecido al que todos depositamos por las mañanas en nuestros inodoros.

También hay que aclarar que la mayor dificultad para poder realizar una aplicación correcta en unidades fertilizantes viene dada por 

la propia naturaleza del producto con mucha variabilidad dependiendo de la edad de los animales, de la época del año (verano-invierno), de los tipos de comederos, del tipo de animales (reproductoras o cebo), tipo de alimento, …, y tantos otros lo que hace que cada explotación e incluso cada crianza tenga una composición distinta, por lo que las reglas generales o los valores medios no nos sirven para hacer las cosas bien.

Otro factor que añade incertidumbre a sistema es la forma y el tratamiento que se da a la balsa, si se ha homogeneizado (removido) antes y durante la carga serán muy parecida la composición de cada cuba, si en cambio no se ha removido las primeras cubas tendrán más parte líquida con mayor dilución de agua y menos concentración de nutrientes y viceversa con las últimas.

Una vez presentada la situación nos vemos en la necesidad de si queremos saber las unidades “exactas” de fertilizante que van en cada cuba buscar la manera de analizar cada cuba  y estimar de una forma lo más exacta posible la cantidad de Nitrógeno y otros fertilizantes que lleva la cisterna.

Existen tres métodos principales para analizar el purin

El análisis completo del contenido de nutrientes (N-P-K) en laboratorio, repetido con cada una de las cubas, sería el método más adecuado. Lo que es muy poco práctico y nada operativo ya que si quisiéramos saber su contenido en deberíamos analizar la cuba después de cargarla, y esperar a recibir lo análisis lo que hace que descartemos el laboratorio directamente ya que como hemos dicho queremos hacer la aplicación en función de la riqueza, es decir ya con los datos, no saber a posteriori lo que hemos hecho.

El otro método son los llamados métodos rápidos de medida «in situ». Existen en el mercado métodos a disposición del agricultor-ganadero, que le permiten, con buena fiabilidad, rapidez, sencillez y bajo coste, conocer el contenido de N amoniacal del purín en cada una de las cubas, con el fin de optimizar su dosificación. Estos métodos dan un valor bastante aproximado pero el agricultor debe de tomar una muestra de cada cisterna, mezclarlo con reactivos, realizar un pequeño proceso de calibración y esperar un poco de tiempo lo que lo vemos poco operativo para un trabajo continuo y evaluar cada cuba.

El último grupo de métodos son los llamados de estimación, que en función de una propiedad física del purín mediante un tratamiento estadístico de multitud de muestras de purín obtiene un modelo matemático para estimar su riqueza en nutrientes. Son principalmente dos la densimetría y la conductividad. La densimetría tiene la dificultad para realizarla en campo. En cambio la conductividad es una magnitud física que por ser aplicable en la industria está  muy tecnificada con multitud de sensores comerciales y que pueden ser acoplados a la cisterna sin mayor problema.

Visto los métodos descritos anteriormente para el objetivo que nos hemos marcado de analizar cada cuba de purín elegimos como el mejor la medición de la conductividad mediante un conductímetro instalado en la cisterna y una electrónica que “traduzca” ese valor de conductividad (expresado normalmente en miliSiemens) en un valor de Kg de N/m3 que el agricultor va a poder utilizar para el abonado.

En Agrointelligent hemos desarrollado AGROXCONTROL una plataforma para el control y gestión de los purines que analiza cada cuba tomando multitud de valores de la misma durante el transporte desde la granja hasta la parcela y mediante un algoritmo determina con mucha precisión las UFN/m3 que contiene cada cuba de purín y mediante su potente software ofrece al agricultor en tiempo real la dosis por hectárea que esta aplicando tanto de volumen de purín como unidades fertilizantes de Nitrógeno. 

AGROXCONTROL además proporciona una estimación de las necesidades del cultivo y propone una velocidad de avance al agricultor del conjunto tractor-cisterna o del camión para que la dosis aplicada sea lo más aproximada a la real del cultivo lo que hará que no haya lixiviaciones, ni salinización de suelos, ni otros problemas que suelen aparecer en las parcelas que se ha aplicado purín durante muchos años.

AGROXCONTROL aporta también al agricultor un balance de abonos en el suelo mediante un análisis previo del suelo, la estimación real de kilogramos de NPK aportados por los purines y indica al agricultor las posibles carencias de abonado que deberá de satisfacer mediante abonado químico, para que este abonado no se realice a ojo y todo el trabajo de analizar y controlar el purín al final no sirva ya que descontrolemos el abonado no con la parte proveniente del purín sino con el abonado químico.

En definitiva la mejor forma que tiene el sector de la ganadería intensiva y del porcino en particular de dejar de estar en la picota de los medios de comunicación es llevar un control exhaustivo de sus aportaciones y demostrar de forma fehaciente (con ayuda de la técnica) que hace un uso responsable y correcto no de un residuo sino de un subproducto valorizado y ahí AGROXCONTROL es su mejor socio.